lunes, 23 de octubre de 2023

Reseña de Trueno, de Neal Shusterman

 Trueno

Autor: Neal Shusterman

Tercera parte de una trilogía.

Reseña de Siega, primera parte.

Reseña de Nimbo, segunda parte.

Esta reseña puede contener spoilers de las dos primeras partes.


Sinopsis: Todo cambió hace tres años: fue entonces cuando Anastasia y Lucifer desaparecieron; cuando el segador Goddard llegó al poder; cuando el Nimbo retiró la palabra a toda la humanidad, menos a Grayson Tolliver.
En este impactante desenlace de El arco de la Guadaña, la trilogía que Neal Shusterman comenzó con Siega, se pondrán a prueba las lealtades y reaparecerán viejos amigos. Pero el rugir del trueno siempre es el preludio de la tormenta, y puede que el ruido del cambio ya haya empezado a resonar entre los portadores de la muerte.


Resumen

Seguiremos las historias de Anastasia, Rowan, Ayn, Goddard, Greyson, entre otros, para terminar de configurar el final del arco de la Guadaña.

Ahora, además de huir, los principales objetivos de los personajes son derrocar a Goddard y su tiránico mandato, y develar qué pasó verdaderamente en algunos acontecimientos históricos...


Reseña

Estoy genuina y gratamente sorprendido. Fue un gran final de trilogía pero, además, logró engancharme y atraparme, y darle un buen broche de oro a sus entregas anteriores.

La verdad, empecé a leerlo con algunas lagunas de memoria del libro anterior. Por suerte, creo que el autor supuso que eso iba a pasar, y retoma algunos hechos puntuales que al menos a mí me fueron de mucha ayuda. Lo hace de forma muy natural.

Además, la trama me pareció muy bien manejada. Los puntos álgidos, las tensiones, los cambios de perspectiva, todo me pareció muy bien orquestado para ir guiándote y manteniéndote atento. Hubo un par de momentos en los que sentí la lectura un poco estancada, pero ni siquiera podría precisar cuáles, porque fueron breves. Y el libro tiene 721 páginas, así que se agradece ese buen ritmo.

Siega, primer título
de la trilogía

Me encantó que saltara tanto de escenario y personajes. Me gustó no sólo porque me interesaba el contenido, sino también porque me daba la sensación de que el autor había disfrutado tanto de la creación de su mundo y había creado tantos personajes sólo por el placer de crearlos. Y eso me hizo disfrutar. Se transmitió el disfrute.

No menor el hecho de que Neal Shusterman supo, a mi entender, confeccionar personajes completos, íntegros, pensados con complejidad. Sus características están bien representadas y se toma el tiempo necesario para desarrollar a cada uno. Agrega guiños y particularidades en todos. La verdad, me gustó un montón. Además, logró que pareciera que el mundo ya estaba ahí, él sólo estaba escribiendo al respecto. Eso genera una organicidad agradable, suma para con los personajes, para con la credibilidad y también para con el ritmo de lectura. La agiliza porque el lector no está entrando y saliendo del pacto con el escritor y su historia para cuestionarse cosas. Por el contrario, puede entregarse a disfrutar porque no se romperán las bases en las que depositó su confianza.

Y tengo que destacar (y me saco el sombrero, la verdad) la representación de una persona trans, no binaria, en la novela. De las mejores que he leído, honestamente. Y me sorprendió. Todo: su aparición, de quién viene, su consistencia en la trama, la importancia que termina teniendo como personaje, lo bien que está manejado el tema. Me gustó que le preguntaran varias veces, distintos personajes, sobre el tema, porque me pareció que reflejaba cómo a la gente trans suelen preguntárnoslo seguido. El autor se animó a enfrentarse a representar esa situación tan compleja (porque explicar algo mal habría sido ofensivo, y es fina la línea), varias veces, y lo hizo bien.

Por otro lado, también referido a los personajes, me pareció excelente el traspaso de protagonismos. Sentí que eso fluía muy bien. Se notó que fue una trilogía concebida con varios protagonistas y que el autor no tuvo miedo de salirse del molde, no necesitó estancarse en uno o dos protagonistas fijos para contarnos toda la historia. Podría por ejemplo haberse quedado con Rowan y Citra y a lo sumo agregar algún capítulo contado por otra voz, sin darle demasiada relevancia, pero no. Eso creo que es una gran destreza: saber dónde está lo interesante de la historia para contarlo, y desde qué enfoque se verá mejor.

He de ser cien por ciento sincero: este libro repuntó notablemente el 5,75 del segundo tomo, y superó hasta el 7,5 de la primera entrega. Estoy muy contento de haberle dado una oportunidad.

El final en parte me pareció predecible, pero no tanto o no de la forma en la que me aburriría.

A pesar de que no soy demasiado fan de las tramas que cambian de escenario constantemente o que tienen que ir a buscar un tesoro y esas cosas, otra cosa que me gustó mucho fue que el libro tratara de expandirse a todo el mundo en vez de quedarse en la burbuja estadounidense como hacen muchos. Obvio que igual las cosas "importantes" terminaban surgiendo ahí (y hay cinco regiones para norteamérica pero dos para sudamérica, raro). Pero bueno, me pareció un avance.

Por último, tengo que decir que encontré muy interesante todo el desarrollo del culto tonista, y de los distintos fenómenos sociales que van teniendo lugar.

Sed, otro libro del
autor, autoconclusivo.
Mis personajes favoritos creo que son Jeri, Greyson, y Lorana. Y también me interesaba Rand.

Mi personaje menos favorito: Faraday, sin dudas.

¡Ah, me olvidaba! Hay un momento en el que se habla de la región amazónica y del "truco" (un juego de cartas que además de en Brasil se juega en general en toda sudamérica) y dice algo muy raro. Primero me quedé en shock pensando que había dicho cualquiera, después googleé el truco versión Brasil y era más parecido, pero no deja de tener ciertas diferencias abismales con el juego descrito. No sé si habrá sido adrede (espero que sí) pero me pareció sin dudas un detalle evitable. En dos segundos googleando lo encontré...

Pero bueno, en definitiva me encontré con un libro que daba gusto leer, que uno podía sentarse y disfrutar porque el autor lo había disfrutado tanto que lograba transmitírtelo. Y esa es una sensación que no suelo identificar tanto en mis lecturas; es más, no tengo en la mente ninguna. Lo agradezco un montón. Un mundo sólido, bien construido, del que el autor disfrutaba, con temas importantes y serios pero sin exagerar sólo las oscuridades de todo. Se detuvo en los detalles bonitos, en los agrios, en los tristes...tal vez no fue el libro más profundo del mundo, pero sí que dio espacio a que muchas emociones atravesaran la lectura. Y se notó el progreso de los personajes y su desarrollo a lo largo de los libros y los años (porque hay varios momentos temporales).

Fue un placer leerlo.

Mi puntuación:

9/10. Lo disfruté mucho, mucho.

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