Reseña / Comentario de Sangre en el ojo, de Lina Meruane

 Sangre en el ojo

Autora: Lina Meruane

Libro autoconclusivo

Sinopsis: En Nueva York, en medio de una fiesta, buscando en su cartera debajo de la cama la jeringa que debía inyectarse, Lucina experimenta eso que tantas veces le habían dicho que inevitablemente pasaría. Algo como un fuego artificial atraviesa su cabeza, pero no es fuego lo que ve sino sangre derramándose dentro de su ojo, la sangre más estremecedoramente bella que haya visto nunca, la más inaudita, la más espantosa, pero solo ella puede advertirlo.

Con una destreza narrativa admirable y un lenguaje minucioso, Lina Meruane cuenta el periplo médico de Lucina –una escritora chilena–, entre Nueva York y Santiago, desde la noche del derrame hasta el postoperatorio. En ese trayecto, la ceguera absoluta, la incertidumbre y las incontables consultas al médico, una mudanza y un viaje a su país natal, desatarán sus fantasmas familiares, así como sus deseos más perversos, llevando continuamente al límite incluso su relación con Ignacio, su novio.

Reseña

Bueno, les debía una anotación por escrito de por qué había dejado de leer este libro, si bien algo les comenté por Instagram. La verdad es que estos tiempos caóticos de exámenes, más el trabajo, me tuvieron bastante ocupado, pero hoy (que en realidad estaba por escribir la reseña del libro que terminé de leer, posterior a este) dije: es el momento.

¿Por qué dejé de leer "Sangre en el ojo"?

Hay dos razones principales:

1. No era lo que esperaba narrativamente, y no me convenció o sorprendió para bien como para subirme al tren propuesto.
2. La narrativa propuesta terminó por cansarme.

Un poco son la misma razón, pero no del todo. Honestamente, al principio (si bien no era lo que esperaba) me sorprendió e interesó la manera en la que la autora finalizaba las frases, por ejemplo. Algo que destaqué mucho en mis historias de Instagram fue que la autora dejaba oraciones por la mitad, y eso llamaba mi atención. Por ejemplo:

"Y por eso acepté tu café y me lo llevé a la boca sin titubear, por eso incluso sonreí, porque, a pesar de todo. Y tú estabas ahí, (...)"

La verdad, me parece que en otro momento lo retomaré y me gustará. Pero tal vez el momento no fue el adecuado. Me sigue atrapando esta manera de usar el lenguaje, pero incluso aunque creo que puede ser muy innovadora e interesante, llegó un punto que sentí que no me estaba contando nada. Leí alrededor de 60 páginas (tiene en total 171).

Destaco como positivo, no obstante, que tiene una cadencia muy particular. Tal y como también les comenté mucho por Instagram, es algo que no sé si seré sólo yo, pero noto mucho en autores chilenos (también me pasó con Alejandro Zambra en Formas de volver a casa).

¡Eso es todo! No pongo una nota, como sí hice en el comentario de Solo, de Marcelo Vera, porque no creo que mi historia con este libro haya terminado. Probablemente vuelva a darle una oportunidad más adelante.

¿Lo leyeron? Cuéntenme qué les pareció.