El mar interior
Autor: Matías Capelli
Libro autoconclusivo
Resumen
Milton, un argentino que ahora reside en Holanda con Rut, su pareja, nos narra sus días tratando de encontrar un lugar en una sociedad que no siente propia. El idioma, las costumbres, la misma historia, la cultura, todo resuena extraño, pero tampoco hay un "otro lugar" al que ir. Si bien tiene esporádicos trabajos escribiendo notas periodísticas para diarios argentinos, estos cada vez lo buscan menos para esa tarea.
Que sus escritos no son lo que buscan se suma a que el plan de ser profesor de español se ve frustrado cuando no se inscriben suficientes alumnos en el instituto. Su vida parece carecer de ese sentido que da la estructura de pertenecer a una sociedad, en la cual ni siquiera idiomáticamente puede insertarse.
Reseña
¡Holis! Estoy escribiendo esta reseña con mucha dificultad, enyesado del brazo izquierdo, pero con ganas de compartirles lo que pensé de este libro. Hacía mucho que no anotaba tanto en un libro, anoté todo lo que quería compartirles.
Arranquemos:
En un inicio, creo que tenía una idea errónea de la emoción que iba a transmitir este libro. Su emoción principal no es ni nostalgia ni desarraigo, sino que el hilo pasa puramente por esta cuestión de no ser parte de la sociedad en la que se vive. No poder aportar nada, ni de lo que se sabe ni aprendiendo algo nuevo, porque es necesario un importante proceso de adaptación. En el caso de esta novela y esta historia en particular, el idioma es el bache más importante, pero también aparece mencionada de distintas maneras la distancia cultural en, por ejemplo, expresar emociones.
El título de esta novela está excelentemente elegido. En otras ocasiones he comentado ya que eso me parece un punto muy a favor. Me parece que da pie a, y a la vez pone un broche en, muchas cosas que ocurren dentro de la novela.
Milton nos menciona mucho ese concepto, tanto con todas las letras como "parafraséandolo" por ejemplo cuando habla de que se ha retraído mucho desde que no puede tener conversaciones demasiado profundas con casi nadie. En definitiva, el mar interior del personaje es lo que atravesamos en este libro, un mar interior que se ve cercado por barreras varias.
Me gustó particularmente mucho que el autor va soltando elementos que luego recuperará no sólo por el hilo de la historia, sino para hacer una analogía que de una vuelta más a ese elemento. Por ejemplo, lo hace cuando cuenta que en Holanda hay diques que no permiten que el agua del exterior inunde todo pero que a la vez mantienen tal vez muy calmadas las aguas, casi inertes, y luego lo retoma, sin aviso, varias páginas después, para hacer referencia a su relación con Rut.
Ese tipo de detalles me gustó muchísimo, sentí que todo estaba entrelazado y que el autor iba proponiendo con mucha naturalidad nuevos caminos a medida que avanzaba la trama.
Por otro lado, y como punto no tan positivo, en momentos perdí mucho el interés. En líneas generales es un libro corto y fácil de leer, pero sentí en algunas partes que no me interesaba nada lo que me estaba contando. Me pareció curioso que un poco le pasara lo mismo que al protagonista con los periodistas: "No lograba tocar la cuerda adecuada. No estaba acostumbrado a hablar de sí mismo, a exponerse. Esa limitación era la contracara del temple que lo caracterizaba; la emoción era un líquido que afloraba desde adentro y él lo tenía tabicado." (p. 87).
En esa breve cita resume lo que estoy tratando de decir: había momentos en los que lo que estaba siendo narrado no lograba dar en la tecla correcta para mantener la concentración siquiera. Por suerte, solía retomarlo pronto.
Para resumir, el libro es sencillo y está bueno, y destaco positivamente mucho el trabajo del autor para lograr que la novela fuera fluida y estuviera muy bien interconectada.
Mi puntuación:
7,5/10
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