jueves, 17 de febrero de 2022

Reseña de Casas Vacías, de Brenda Navarro

Casas vacías

Autora: Brenda Navarro.

Libro autoconclusivo.

Aviso de contenido del libro: violencia física y verbal, machismo explícito, mención a abuso sexual y a abuso sexual infantil.

Sinopsis: La maternidad, que casi siempre asociamos con la felicidad, también puede ser una pesadilla: la de una mujer cuyo hijo desaparece en el parque donde estaba jugando, y la de aquella otra mujer que se lo lleva para criarlo como propio. Ubicada en un contexto de profunda precariedad física y emocional, la historia de estas dos mujeres, madres del mismo niño–un niño que primero se llama Daniel y que después será rebautizado como Leonel–y madres, además, de un mismo vacío, nos confronta con las ideas preconcebidas que tenemos de la intimidad, las violencias familiares, la desi­gualdad social, la soledad, el acompañamiento, el cuidado, la culpa y el amor.



Resumen

Una mujer pierde a su hijo.

Otra mujer se hace madre de un niño ajeno.

El deseo de ser madre, el deseo de no serlo, y la historia de dos mujeres madres de un mismo niño de muy distintas maneras.


Reseña

¡Buenas buenas! Un mes y un poquito me llevó terminar este libro, qué locura. Para ser justos, en realidad no lo arranqué apenas terminé el anterior que había leído, porque en el medio quise darle una oportunidad a otro pero terminó sin convencerme mucho. Pero bueno...casi un mes, eso seguro.

La verdad que lo primero que puedo decir, así honesto, sincero y directo, es que es chocante. Desde el instante en el que empecé a leerlo me di cuenta de que esperaba algo completamente distinto y de que iba a tener que superar esa costra de decepción para engancharme.

Lo segundo que puedo decir es que el libro en sí es bastante honesto. Es crudo, y no en el sentido de que te describe escenas violentas, sino más bien porque parece decir todo lo que piensa. Y si bien eso es algo bueno, llamativo e interesante, en ciertos momentos (sobre todo al principio) tengo que admitir que me quedaba un poco impertérrito. Me hacía pensar: bueh, ¿de verdad siente esto o la autora lo escribió sólo para que su libro sonara más crudo?

Bueno, pero ahora vamos a lo fuerte, a lo importante, al núcleo duro.

El libro tiene una peculiar forma de tratar los nombres propios que es particularmente interesante y que, al hacer un pequeño análisis, desmonta lo que está atrás de la trama. Levanta el telón. En primer lugar, y creo que lo que más resalta, las protagonistas no tienen nombre. No sabemos el nombre de ninguna de las dos en ningún momento y nos vemos obligados a referenciarlas como "la madre de", "la novia de". Pero además de esta obligación, el libro te sumerge tan inteligentemente que en ningún momento notás de forma consciente que no los sabés. No tienen nombre, pero tienen historia; la autora te la cuenta, anónima, inmersivamente, y no sabés quiénes son pero sí lo que les pasa, y sabés que eso pasa.

Por otro lado, Leonel/Daniel, el hijo en disputa, sí tiene nombre. Tiene dos, de hecho. Es el centro, pero sólo porque a partir de ahí pueden tirarse hilos hasta llegar a entender todo el panorama. Desde ese punto se va desenmarañando el complejo entramado social, cultural y hasta histórico que rodea a estos personajes y (justamente) a nosotros mismos, como humanidad.

Siguiendo con esto, los varones sí tienen nombre, incluso aunque parezcan personajes irrelevantes o no tengan una directa conexión con las protagonistas o el tema del libro. Conocemos los nombres de ambos esposos, de los amigos de Rafael, y del asesino de la hermana de Fran.

En cuanto a las mujeres, tienen nombre las siguientes:

Amara: mujer asesinada por su marido (Xavi). Hermana de Fran.

Silvia, Sofía y Ana: exparejas / examantes de Rafa, "amenazas" hacia la relación entre Rafael y una de las protagonistas.

Carmela e Irene: dos mujeres mencionadas al pasar por una de las protagonistas, como ejemplo para probar un punto. Se dice que estudiaron mucho ambas pero que no consiguieron nada y tuvieron que meterse a trabajar de forma no calificada. El estudio, aventuro, es la clave acá.

Nagore: es la hija de Amara y Xavi, presenció la muerte de su madre, la desaparición en vida de su madre adoptiva cuando esta pierde a su hijo, y también es separada de sus abuelos y tierra natal (España). Además de, obviamente, la pérdida de Daniel, que también le afecta. Es una chica representada como fuerte, que renace de las cenizas, que (en criollo) la tiene clarísima. Ojo, en ningún momento es irreal ni insoportable. Es un personaje en mi opinión muy bien construido. Que realmente se abre camino y construye con lo que tiene su nueva fortaleza. Creo que queda pendiente hablar un poco de cómo va ganando protagonismo sin que te des cuenta. Sin que las "verdaderas" protagonistas cedan terreno, Nagore avanza y ocupa tu cabeza y tus pensamientos igualmente, representando muy bien su espíritu, y sobre el final ha construido una personalidad fuerte e interesante, completa.

Por otro lado, no tienen nombre las madres de las protagonistas, ni las primas, ni ninguna clienta comercial de una de las protagonistas. "Mi madre" "La madre de" "Mi prima" "La señora" son expresiones que aparecen una y otra vez.

Y volviendo, las protagonistas no tienen nombre.

Creo que está bastante expuesto el punto. Me parece que realmente el libro explora muy bien la realidad (la nuestra) en la que la mujer es reducida a un hombre y a su vínculo con él. Incluso a ojos de otras mujeres.

Hace una distinción profunda entre ambas protagonistas. Al principio no lo noté tanto, pero luego es innegable y marcada la diferencia que establece en un sentido organizacional. Los capítulos escritos desde el punto de vista de la madre de Daniel (la madre que pierde al hijo) tienen párrafos más separados, oraciones mejor construidas, espacio en general entre las palabras y entre las ideas.

Los párrafos escritos por la madre de Leonel (la madre que rapta al hijo) son apelmazados, de oraciones interminables que conectan ideas con otras apresuradamente. Esta es la madre que tiene una peor situación económica.

El título se menciona durante el desarrollo del libro, pero creo que durante toda la lectura va tomando forma su significado. En parte se trata de este concepto de que las mujeres son receptáculos vacíos a las cuales los hombres cis* tienen que llenar, en el sentido concreto y en el metafórico (además se habla mucho de esto durante el principio del libro sobre todo, de llenar de esperma, fecundar, de hacer un hijo), y también marca como la vida de las mujeres pasa a ser interesante cuando es llenada por hombres, y consiste en revolotear atendiendo sus necesidades.

Pero además habla de otras "casas vacías". Casas vacías de afecto (hay situaciones de violencia física para con una protagonista, y la otra tiene un marido que no se abre emocionalmente) y acompañamiento (la única que trata de acompañar en cierto punto es Nagore), pero llenas de mirada ajena, de juicios de afuera. Casas vacías una vez que se pierde al niño. Casas vacías al ir construyendo un paredón alrededor por el dolor. Casas vacías de propósito. Casas vacías de familia. Casas (vientres) vacíos de un hijo. O casas (vientres) que expulsan a un hijo. Casas (mujeres) vacías por lo drenadas. Por lo arrebatadas. Por la violencia que han sufrido de generación en generación, violaciones y gritos en la calle, golpizas y abandono, exposición y desprecio.

El libro reflexiona además sobre por qué no se le dice "muerto" al desaparecido. Dice: "Ya nos dirán, cuando vuelvan, lo que ha sido para ellos, dijo una madre en aquella reunión de la que me salí. Ya nos dirán. Daniel. ¿Daniel habrá aprendido a hablar? ¿Daniel habrá de decirme algo?

¿Por qué los llaman desaparecidos y no se atreven a llamarlos muertos? Porque los muertos somos los que los buscamos, ellos siempre, siempre seguirán vivos".

Se trae mucho a colación esto de las puertas abiertas por si vuelve, la vida en vilo, un día más de vida y no de suicidio porque aunque no encuentre un motivo para vivir, debo estar pendiente de si mi hijo decide volver. Mi vida vacía para que ellos tengan un espacio vacío en el que vivir.

Hay una única cosa que me queda dando vueltas y que supongo que me quedaré reflexionando hasta dentro de un rato: el niño (Daniel/Leonel) es autista. Y es un tema que se menciona mucho. Creo que tiene un par de aristas que no termino de ver qué están representando en el universo conceptual.

En fin. El libro trata de eso. Iba esperando algo un poco menos fuerte, pero la verdad estoy sorprendido para bien. Es más, me fueron cayendo muchas fichas escribiendo la reseña misma. Lo recomiendo, con cautela ante sensibilidades. Es interesante y sin lugar a duda muy inteligente. Está muy bien construido. Me divierte muchísimo, además, poder hacer todo este análisis, que me haya hecho pensarlo y poder quedarme pensando sobre eso. Recomiendo mucho ir prestando atención a los detalles del estilo: lenguaje, vocabulario, organización estructural de los capítulos, qué comentarios se repiten, puntuación, etc.

Mi puntuación:

10/10.

Igual, advierto, si van buscando trama, no sé si me decantaría por este libro. La tiene, y desarrollada, pero no encontramos una sucesión fáctica de hechos como lo hacemos en novelas tradicionales. Lo tomaría más como "leer un libro sobre feminismo, pero novelizado".

Actualización a 20/2: Además de la figura de "la mujer" en la sociedad, el libro explora la figura de "la madre" como "casa vacía". Me faltaba esa vuelta de tuerca.


*Cis: persona cuyo género coincide con el asignado al nacer.

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