miércoles, 5 de septiembre de 2018

¿Disforia? | Hablemos un poco de género, de géneros no binarios, de estereotipos

Esta entrada no tiene que ver con libros, así que si es lo que estás buscando, no la leas. Es algo importante para mí y quería dejarlo plasmado en este blog.


¿Disforia?





Hola. Les vengo a contar un poco de una situación que vivo desde hace ya bastante tiempo, pero que se agudizó (y mucho) hace un mes/tres semanas, y a incluir una reflexión.
Concepto a tener en cuenta antes de empezar: expresión de género. Hace referencia a la expresión social del género, es decir, a la impresión social que deja el género de una persona. Por ejemplo, actualmente alguien es “más masculino” si tiene la voz grave.
Ahora sí, empecemos.
Hay algo en lo que creo que todes estamos de acuerdo: los estereotipos de belleza, los cánones, son un asco. Hacen que muchísimas personas tengan problemas con su cuerpo y se odien a sí mismas por no poder alcanzarlos, hacen mierda relaciones que deberían ser tan sanas como la de una persona con la comida, inventan complejos por doquier…
Ahora bien, estos son los problemas cisgénero con los cánones. O, mejor dicho, esto es respecto a los cánones cisgénero. Porque hay una parte que todavía no sale tanto a la luz de este gran problema y es: ¿qué hace la gente que no entra ni en un estereotipo ni en otro? Es decir: no es sólo que tiene celulitis, o que tiene estrías, o pesa tanto, o tiene las orejas de tal manera, o los cachetes de esta otra. No es que su pelo es así, o que no le entran estos pantalones. Es que, además, según la sociedad debería entrar en “el otro” estereotipo.
Voy a tratar de explicarme mejor. Una persona nace con genitales “femeninos”, y durante toda la vida le enseñan qué cosas tiene que hacer para verse bonita: cómo vestirse, cómo peinarse, cómo actuar, etc. Supongamos que esta persona de genitales “femeninos” es un chico. Es decir, es un chico trans. ¿Qué se hace con esto? Porque ahora empieza a aplicarle el estereotipo “masculino” (si es que se le reconoce su identidad). Pero, al mismo tiempo, no deja de aplicársele el femenino, porque esa persona sigue viendo feos su celulitis, su falta de cintura, sus piernas no tan estilizadas...tiene ese estereotipo en el cerebro. Pero ahora también se le suma que la gente, por ese cuerpo “femenino” que tiene no atinará a llamarlo por el pronombre que prefiere; van a decirle “ella”, indefectiblemente, si no cuando lo ven, al menos cuando escuchen su voz. Y esto lleva a este chico a decir: es que no parezco un chico. Y ahí está el problema de nuevo: ¿qué es parecer un chico?
En resumen: la gente le aplica sin pensarlo los estereotipos femeninos y eso lleva a aplicar los masculinos también (si este chico va a una fiesta con un top y un pantalón corto se criticarán las cosas que se le critica a una mujer por no seguir los estándares y además se lo tratará en femenino asumiendo su identidad de género, lo cual es apartarlo de su masculinidad por no seguir el estándar masculino).
Ahora bien, ¿qué tiene que ver esto conmigo? Bueno, resulta que yo era declaradamente bigénero, pero la gente seguía tratándome en femenino, y normalmente eso no me generaba ningún problema serio, más que una leve molestia. Pero, tonto de mi, siempre decía que no pasaba nada y que como el género lo defino yo no importa cómo me vea la gente. Me vestía con la ropa que yo quería y que a mí me gustaba, y obviaba que la gente no me tratara con los pronombres con los que me sentía identificado ese día. Porque sí, soy bigénero (o esa es la palabra que encontré más adecuada), pero hay días en los que realmente me siento masculino, y puede que esos días quiera vestirme con tops y shorts y usar maquillaje, y eso no me hace menos masculino porque hay tantas masculinidades como personas de género masculino (parcial o totalmente) hay en el mundo. Yo vivo mi masculinidad y/o mi femineidad de la manera que me siento más cómodo, la que va más conmigo, la que me gusta, pero por culpa de un montón de estándares al respecto, de trabas, de restricciones, la gente no me va a ver como masculinidad si no “parezco” una, ni una femineidad si no “parezco” una.
Quiero ahora retomar un tema que dejé pendiente de hace dos párrafos. Puse entre comillas “femeninos” cuando hablaba de genitales. ¿Por qué lo hice? Porque me parece que ahí inicia el problema. Si tiene ovarios, vagina, útero, y cromosomas xx, es una mujer; si tiene pene, escroto, y cromosomas xy es un varón. Pero, ¿por qué? ¿Quién dijo eso? La genitalidad no define nada, no define que yo me perciba como una mujer o como un varón, entonces, ¿por qué deberíamos seguir perpetuando que hay genitales masculinos y femeninos, cuando en realidad los genitales no tienen género? No, no tengo genitalidad femenina, tengo cromosomas xx y eso hace que pueda gestar, y punto. No me hace más o menos masculino. Decir que sí lo hace implica asumir que un hombre trans jamás será “tan hombre” como un hombre cis, incluso aunque se hormone y se opere, pero esto no es así. Incluso entre la gente cis: que una mujer cis sea rubia no la hace más ni menos femineidad que una mujer morocha, porque sus respectivos pelos no representan su feminidad ni la definen. Bueno, exactamente eso: mis genitales no representan ni definen mi género, mi masculinidad ni mi femineidad, tampoco lo hace la ropa que me pongo ni mis gustos musicales o deportivos. Yo puedo, por ejemplo, sentirme más masculino un día porque me desperté y sentí mi voz más ronca. Y eso construye mi masculinidad: ese día me voy a expresar de la forma que yo considere masculina, y a lo largo de todos mis “días masculinos” voy a ir construyendo mi masculinidad que es sólo mía y sólo aplica a mí. Que yo me sienta más masculino porque tengo voz ronca no significa que otra persona no pueda sentirse más masculina por tener la voz aguda.
Y todo esto nos lleva a la pregunta más compleja de todas: ¿qué es, entonces, la “masculinidad” o la “feminidad”? ¿Por qué existen siquiera esas palabras? ¿No podemos simplemente tratarnos como personas, haciendo lo que nos plazca cada día, sin tener que asociarlo a un género?
Sí, podemos, pero hoy en día existen los géneros, y como tanto les gusta decir a algunas personas, lo personal es político; entonces si yo hago cualquier cosa lo estoy haciendo como mujer al mismo tiempo que lo estoy haciendo como yo, porque tengo pasado, tengo cosas inculcadas, tengo sociedad en mi esquema. Fui criada, no criado, justamente porque la sociedad dictaminó mi género desde un principio, y se me fueron abriendo determinadas puertas teniendo en cuenta mi género porque la sociedad lo considera relevante.
Entonces: sí, podés “siendo mujer” jugar al fútbol, pero si no empezamos a determinar que las femineidades y las masculinidades son individuales y autopercibidas y son un espejo personal de una construcción social, histórica y política, y las fragmentamos lo más posible, jamás vamos a lograr que termine por dejar de importar el género.
Cuando el mundo tenga asumido que no puede percibir a alguien como “él” o como “ella” sin preguntarle primero sus pronombres o qué pronombres prefiere, porque no hay una expresión de género más válida que otra, entonces habrá entendido que a fin de cuentas no era tan importante que fuera “él” o “ella”. Y ahí podremos hablar de que llegó la hora de que dejemos de hablar de géneros, de que llegó la hora de que neutralicemos el lenguaje, etc.
¿Cómo entra el feminismo en todo esto? ¿Es esta idea autopercibida del género una forma de desmembrar el feminismo y quitarle valor?
NO. Para nada. Es simplemente paralelo. Mientras hacemos trabajo de género, mientras empezamos a reconocer que no se puede asumir el género de una persona por cómo se viste, por cómo es su cuerpo, por cómo se llama, o lo que sea, tenemos que seguir luchando, porque la gente que nació en este sistema en el que quien tiene cromosomas xx es mujer fue oprimide por ello sigue sin tener equidad. El mundo sigue siendo patriarcal y machista y aquellas personas que nacieron con biología “femenina” fueron oprimidas, así que hay que acabar con esa opresión y hay que entender que sí, que yo puedo preferir los pronombres masculinos o los neutros, pero a fin de cuentas el patriarcado sigue oprimiéndome como mujer, porque me ve como tal. Porque el patriarcado está en el paso anterior, todavía no reconoce que existe la opresión hacia la mujer, entonces menos va a reconocer que existe la opresión hacia las personas de géneros que no son binarios. Porque a mi se me invisibiliza y oprime cuando se me llama con la “a” por mi aspecto, pero también se me oprime cuando se me grita por la calle, cuando se me deniega un trabajo por la posibilidad de embarazo, etc.
Entonces, para cerrar, les quiero proponer que empiecen a dejar de asumir el género de una persona, porque puede que hoy en día en el 99% de los casos acierten, pero si no lo hacen lastima y mucho (lloré todos los días durante dos semanas enteras porque me odiaba por querer vestirme de una manera y que la gente no me fuera a llamar por el pronombre que prefería, porque odiaba que me gustara mi cuerpo y aún así preferir los pronombres masculinos, porque me lastimaba muchísimo cada vez que yo me sentía muy masculino y la gente en la calle o cara a cara me trataba con la “a” y llegué a odiarla, porque todo esto hizo que pasara a ver mi cuerpo y odiarlo por no ser masculino, porque eso facilitaría las cosas; porque amo mi voz y adoro cantar pero durante dos semanas me planteé iniciar algún tratamiento que la agravara para que la gente dejara de asumir que soy una mujer).
Y también quiero recordarles que el feminismo hoy en día es importante y como colectivo femenino tenemos que unirnos.


Gracias por leer <3<3

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